miércoles, 9 de diciembre de 2009

Aproximación al concepto de sostenible, de verde

Vamos camino de embrollar conceptos a fuerza de usarlo como adjetivos de bondad. A cada paso nos encontramos con la necesidad de la sostenibilidad de las acciones económicas, de actitudes vitales verdes…. Y cada cual da por sobreentendido su significación. Lo sostenible, desde un punto de vista radical, deviene necesariamente en una ruptura con los mecanismos del mercado. Hoy lo razonable, lo sensato, es la lógica de un sistema financiero que hace prevalecer el máximo de beneficios en el menor tiempo posible. Pero hay otra visión, muy en boga actualmente, que ve lo sostenible como estímulos fiscales y facilidades de acceso al mercado para estimular la actividad económica. La excusa de crear empleo, se adjetivan políticas como mejor nos place. Sin embargo la estrategia suele relacionarse con principios sólidos. ¿Cuáles son esos principios de una estrategia política sostenible? Sin duda el primero es generar empleo. Cualquier político que proponga una estrategia sostenible debe pensar en términos del empleo que pudiera generar. Pero además –para ser sostenible- debe proponer alternativas para la sustitución paulatina de energía de origen fósil. Generar energía a partir del viento, del sol, de la biomasa, etc. se convierte en necesidad de subsistencia para una sociedad enferma de consumo. El yo de cada cual se está construyendo a partir de sus preferencias de consumo. Eres el coche que tienes, el whisky que bebes, la jodida camisa que usas… Mas que tu corazón, lo que vales es lo que tienes tan cercano, tu cartera. Por tanto, sostenible es una respuesta al liberalismo centrado en el beneficio; es ver una economía que se concreta en una aportación a la biodiversidad, que aporta beneficios a la salud, -agricultura biológica- y al entorno natural de las personas. Es sostenible, es verde, si se opone al incremento constante de los gastos militares, si reduce el presupuesto militar. Revindicar el concepto de sostenible es esto, un cambio de paradigma económico posterior al paradigma mental del liberalismo. Pensamos que la última palabra sobre estos cambios –trabajar menos tiempo para estar mas con la familia, amigos hobbis, ganar menos porque no se necesita tanto- no está dada. Esta es nuestra aportación a la discusión en un afán de clarificar conceptos.